Rondando por la cuidad.

La noche era fría y seca, tanto como en épocas de invierno, aun que por ahora era primavera, la luna brillaba con mucha mas intensidad que la de algún recuerdo de los habitantes de la cuidad de karakura, quienes no podían apreciar tan hermoso resplendor debido a su sueño profundo.

A lo lejos, sobre un tejado se lograba ver a un niño de cabello blanco de una pequeña estatura y una melena de color similar a la de la luna, sus ropajes eran similares a los de un shinigami, aun que este no tenia una espada, pero resaltaba un extraño brillo en sus manos, al parecer como si estas fueran compuestas de un metal el cual brillaban como efecto de la luz lunar.

Miraba a los alrededores con una tranquilidad que podría hacer sentir seguro a un verdadero cobarde, mientras tanto se aburría de tejado y cambiaba de uno en otro, como si buscara algo. Al parecer su visita a la cuidad no era alguna casualidad, sus pasos cada vez eran mas rápidos y comenzaba a emerger una desesperación en la cara del chico.

Pasaba la noche y el frío cada vez era mas intenso, el respirar del chico se podía distinguir gracias a que este salia en forma de vapor. se detuvo en un gran poste, mirando toda la cuidad de tal forma que pareciera que alguien lo seguía he intentando seguir sin que esto pasara, cayo a la calle y comenzó a correr entre cuadras y calles, hasta llegar a un callejón sin salida, en el cual por alguna extraña razón había una extraña puerta al final del mismo.


-Al fin llegue- Pensó el chico, al momento que entraba la puerta y cerraba la misma, para asi salir unos momentos después con unos papeles, guardandolos en su kimono y examinando la calle procurando que nadie lo viera, para salir corriendo en dirección opuesta a su llegada...